Desarrollo de relaciones: Despliega tu encanto natural para alcanzar tus objetivos dentro y fuera de la organización
¿Mantienes relaciones a largo plazo con un amplio abanico de gente aunque no sean necesarias para tu trabajo? ¿Te gusta trabajar con personas y te encuentras como pez en el agua relacionándote con los demás? ¿Tu forma de trabajar está más orientada a las personas que a las tareas? ¿Dominas las habilidades interpersonales importantes como saber escuchar?
Aprovecha tu fortaleza
Esta habilidad es muy valiosa en roles y organizaciones donde hay que influir en otros sobre los que no se tiene responsabilidad jerárquica (clientes, colegas, personas en otras unidades de la organización, dirigentes de instituciones, etcétera).
Si tienes esta habilidad, tendrás una ventaja adicional en tus relaciones con las personas internas de la organización. La capacidad para establecer buenas relaciones dentro de la compañía es una de las principales carencias del directivo.
Para potenciarla más
Para potenciarla más sigue el siguiente plan de desarrollo.
Empieza analizando los obstáculos que puedan dificultar tu desarrollo de relaciones: falta de confianza, timidez, falta de tiempo…
Identifica a alguien de tu entorno a quien se le dé bien establecer y mantener relaciones, y pídele que te ayude en calidad de mentor o ‘coach’. Observa lo que hace y practica esas conductas.
Asegúrate de que dominas la escucha activa y cuida con especial atención tu lenguaje no verbal.
Revela a los demás, información de ti mismo; aunque no les sea de utilidad, les resultará interesante y les hará sentirse cómodos contigo.
Cuida los tres primeros minutos. La primera impresión es esencial en las relaciones. Muéstrate abierto y accesible, procurando que la otra persona confíe en ti y te proporcione información de sí misma desde el inicio de la conversación o relación. Cuanto más conozcas de la otra persona, más fácil te será desarrollar la relación con ella.
Trata a cada uno de forma personalizada. Recuerda detalles importantes de cada persona: hijos, aficiones, proyectos… que te permitan conversar fuera de los asuntos estrictamente profesionales.
Cuando una persona te hable de temas no profesionales, escucha sin enjuiciarla, demostrando interés. Señala puntos en común con sus experiencias u opiniones.
Busca colectivos con los que pudieras relacionarte con más dificultad y a los que instintivamente esquives: altos directivos, personas de distinta formación a la tuya, personas de tu mismo sexo o del otro… Intenta comportarte con estos colectivos como si estuvieras con las personas con las que te relacionas con más fluidez.
Márcate objetivos específicos para ampliar tu red de relaciones. Por ejemplo, intenta establecer contacto con alguien nuevo en cada reunión o desarrolla una relación positiva con una persona que no te guste.
Utiliza tu sentido del humor. Los recursos humorísticos que sueles emplear con tus familiares y personas más cercanas pueden facilitar la relación con otras personas más lejanas o desconocidas
En tu caso, ¿es una Fortaleza o un área de mejora?, ¿tienes facilidad para las relaciones personales? ¿qué es lo que más te cuesta?, ¿cuál es tu principal obstáculo?
Impacto e influencia en los demás: Saca punta a tu ‘Piquito de Oro’
¿Tienes capacidad para persuadir a los demás a que te ayuden a alcanzar tus propios objetivos? ¿Disfrutas más influyendo en los otros que planificando metas orientadas a tu mejora personal?
Aprovecha tu fortaleza
Si tienes una especie de magnetismo inexplicable para que los miembros de tu equipo den lo mejor de sí mismos, puedes llegar a ser un líder en tu organización.
Para potenciarla más
Mejora tu capacidad de comunicación verbal –y, sobre todo, no verbal–, tu capacidad de planificación para conseguir las cosas y pon a prueba el efecto de tus acciones en los demás.
Cuida con esmero la coherencia entre lo que dices y lo que haces. La seguridad en ti mismo y tu credibilidad son clave para que te sigan.
No confundas la capacidad de influir en los demás, con la manipulación de los otros. El compromiso se obtiene a través de la confianza. Y para ello, además de trabajar las habilidades de comunicación, la coherencia, debes preocuparte por conocer a los otros, saber cuáles son sus intereses profesionales y sus intereses vitales, lo que les motiva a seguirte y confiar en tus intenciones.
En tu caso, ¿es una Fortaleza o un área de mejora?, ¿tienes tus objetivos claros? ¿los tienes definidos? Y, ¿los tienes por escrito?
Capacidad de liderazgo: Si te lo propones, hasta tus superiores te seguirán
¿Te resulta fácil motivar a tus compañeros para que realicen una tarea? ¿Tus colegas suelen pedirte opinión cuando hay que tomar decisiones importantes? ¿Consideras que los demás perciben en ti una autoridad natural más allá de cualquier cargo?
Aprovecha tu fortaleza
En las organizaciones con culturas poco jerarquizadas conseguirás mejores resultados que los demás, porque eres capaz de que los demás te sigan por tu autoridad moral natural, no por la autoridad que pueda dar un cargo. Si tienes y potencias la capacidad analítica y conceptual, la visión de futuro y el sentido de la responsabilidad tienes todo lo necesario para llegar a los puestos más altos de tu empresa.
Para potenciarla más
Intenta ganarte el respeto de los demás dando ejemplo, actuando siempre con coherencia y cumpliendo tus promesas.
Dedica una parte de tu tiempo a escuchar a los miembros de tu equipo, a conocer lo que están haciendo y sus dificultades para cumplir sus objetivos y asegúrate de que se sienten motivados y que tienen los medios a su alcance para conseguir sus metas.
Fíjate en cuánto sonríen las personas con las que trabajas, es el mejor barómetro para medir cómo estás influyendo en tu gente, si están motivados, si disfrutan trabajando…
Dedica un tiempo a detectar tus debilidades y fortalezas, tus propios límites, y admite tus errores cuando sea necesario. Tu propia mejora personal es una fuente de inspiración para que los demás se desarrollen y crezcan.
Acostúmbrate a valorar el trabajo y las ideas de los demás; identifica las cosas que han hecho bien y házselo saber. Evita centrarte en lo negativo.
Aprende a controlar tus impulsos. El líder debe ser apasionado, pero no visceral ni irreflexivo
En tu caso, ¿es una Fortaleza o un área de mejora?, ¿tienes tus objetivos claros? ¿los tienes definidos? Y, ¿los tienes por escrito?
Empatía o Comprensión Interpersonal: Ser el mejor líder de tu Equipo.
Cuando alguien te cuenta un conflicto, ¿puedes comprender sus sentimientos y preocupaciones ocultos? ¿Tienes sensibilidad para relacionarte con personas de otras culturas muy distintas a la tuya? ¿Detectas con facilidad el estado de ánimo de tus interlocutores? Cuando trabajas en equipo, ¿intentas satisfacer las necesidades de los demás? ¿Sabes interpretar sin dificultades las implicaciones de la mirada, el tono de voz y la postura de tus interlocutores?
Aprovecha tu fortaleza
Esta habilidad resulta clave para los profesionales de servicio y de atención al cliente, tanto externo como interno, incluyendo el liderazgo de equipos de trabajo. Las personas con mayor comprensión interpersonal tienen mayor autoridad moral para sugerir a los demás y son más capaces de trabajar en equipo. Por tanto, gestionan mejor los procesos horizontales de negocio.
Para potenciarla más
La empatía se desarrolla a través de la práctica, primero conscientemente (mejorando la escucha activa, tomando notas sobre lo que el otro ha dicho, reflexionando sobre su forma de pensar y de sentir y demostrando que hemos entendido), hasta convertirlo en un hábito.
Acostúmbrate a valorar tus decisiones pensando en las consecuencias personales (mayor o menor nivel de motivación, compromiso o decepción) que puedan causar a tus colaboradores, en lugar de centrarte exclusivamente en las consecuencias más ‘prácticas’.
Intenta expresar tus sentimientos en voz alta, ayudará a que los demás se sientan más cómodos al expresar los suyos.
Fomenta tu relación con aquellas personas que no compartan tus puntos de vista, te ayudará a entender cómo piensan y cómo sienten quienes se rigen por valores radicalmente distintos a los tuyos.
Déjate guiar por tu instinto y olvídate de la lógica cuando tengas que tomar decisiones que afecten a otras personas.
Evita emitir juicios de valor anticipados sobre los demás y esfuérzate por escuchar incluso a las personas que creas que no tienen nada que aportarte.
Desarrollar la empatía no significa que tengas que convertirte en la almohada de los demás. No temas tomar decisiones impopulares cuando estés seguro de que son correctas, ni aceptes las decisiones de los demás por no llevarles la contraria. Entender las motivaciones de los otros no te obliga a tenerlas que aceptar
En tu caso, ¿es una Fortaleza o un área de mejora?, ¿qué necesitas mejorar?, ¿cómo lo puedes conseguir?, ¿practicas la Escucha Activa?